Alex, ¿cómo es hacer algo que nadie más en la tierra ha hecho nunca?
Es satisfactorio, pero el problema es que nadie más está jugando realmente al juego de la escalada en solitario, así que es fácil ganar cuando nadie más juega, ¿sabes? Cuando estás jugando solo, todo lo que hagas será algo que nunca se ha hecho antes. No se trata solo de escalar El Cap en solitario, creo que he hecho algo así como 35 o 43 escaladas en solitario que eran la primera vez que se hacían, o eran nuevas de alguna manera.
Pero, por supuesto, hay otros escaladores en solitario en el mundo, ¿no?
Aunque no mucho. Ya pasó de moda, la gente ya no lo hace mucho porque…
¿Porque es una locura?
(Risas) Creo que algo de eso es cuestión cultural. En los años setenta y ochenta, había más gente practicando el solo integral, era un poco más común, y creo que parte de eso se debe a que la escalada se ha vuelto más segura. La escalada solía ser extremadamente contracultural y marginal, una actividad escandalosa de nicho. Y ahora es mucho más común, mucho más aceptada. Hoy me acerqué al muro de escalada de la ciudad y vi a un grupo de gente escalando durante su hora de almuerzo. No son personas que formen parte de una contracultura, son banqueros y demás del centro de Londres.
En 2016 te hicieron una resonancia magnética para determinar si había algo en tu cerebro que te hacía sentir el miedo de manera diferente al resto de nosotros.
Quiero decir, no era exactamente una ciencia rigurosa, pero básicamente los resultados fueron que, a través de mucha exposición, me había desensibilizado a ciertos tipos de estímulos, lo cual tiene todo el sentido. Si practicas algo, lo haces mejor o te vuelves menos sensible a ello, así que vi los resultados como algo totalmente normal. Eso tiene todo el sentido para mí.
¡Parecía sugerir que eres una especie de psicópata! Pero ¿dirías que tú o cualquier deportista extremo tienen menos miedo a la muerte?
¡Algunas ex novias me acusaron de tener un trastorno de personalidad!Risas) No, no lo sé. Siempre he tenido miedo a la muerte. Nunca he querido morir. El año pasado, vi morir a un tipo en Red Rock. Fue un accidente horrible. Se cayó, se golpeó la cabeza y básicamente se desangró. Esa fue la primera vez que vi un accidente de escalada como ese. Fue un poco aleccionador (incluso llevaba casco), fue un recordatorio de lo peligroso que puede ser escalar si las cosas salen mal, incluso cuando tienes todas las cuerdas puestas.
¿Presenciar ese tipo de cosas hace más difícil hacer lo que haces sin cuerdas?
No, quiero decir que ver lo que le pasó a este tipo o incluso haber conocido a gente que ha muerto en accidentes no lo hace ni más fácil ni más difícil. Sigo sin querer morir. Intentas aprender de los accidentes que ocurren. Intentas sacar alguna lección de ellos, pero en última instancia, siempre estás haciendo todo lo posible para no morir en un accidente. Probablemente ahora tengo una relación más matizada con la muerte porque he pensado mucho más en ella. He hablado mucho más sobre la muerte desde que aparecí en el documental. Solo libre.
El equilibrista Philippe Petit ha declarado que no desea morir, sino vivir.
Hace un par de años participé en una mesa redonda con Philippe y me entusiasmó mucho porque fue una gran inspiración para mí. Vi esa película, El hombre en el alambreHace seis o siete años o algo así. En ese momento no había escalado El Cap y definitivamente me hizo pensar en eso porque él decía que antes de caminar por la cuerda floja entre las Torres Gemelas, realmente lo llamaban… Tenía este deseo quijotesco, este deseo que no tiene sentido, es como si quisiera hacer esto. Y no pude evitar pensar en eso en términos de El Cap.
¿Cuánto del atractivo de escalar El Capitán en solo integral crees que tiene que ver con el ego?
Bueno, ciertamente algunos, ¿sabes a qué me refiero? Cualquier tipo de búsqueda de logros tiene algún tipo de motivación personal detrás. Estoy seguro de que algunas personas dirían que, si estás haciendo una película sobre algo, entonces es evidente que se trata del ego. Por otro lado, no es como si estuviera compitiendo contra nadie. No es como si estuviera tratando de superar a nadie. La técnica es fundamental y es muy elemental.
¿Qué quieres decir?
Es como si hubiera un muro. Al muro no le importa de una forma u otra, a nadie más le importa de una forma u otra, solo soy yo intentando hacer algo para ver si puedo. Es curioso, hace 10 años muchas cosas me daban mucho miedo y ya no me dan tanto miedo, como el primer par de solos libres que hice, recuerdo las rutas en este acantilado local a las afueras de Sacramento… Ahora las encontraría completamente triviales, ¿sabes? Sería como subir una colina empinada, mientras que cuando lo hice por primera vez, ¡pensé que era tan extremo! Siempre he ido dando pequeños pasos hasta El Cap, que representó un paso mucho más grande para mí. Ese ascenso fue la culminación de 20 y tantos años de escalada todo el tiempo.
¿Tenías 10 años cuando empezaste a escalar?
Empecé a escalar cuando tenía 10 u 11 años, sí. Abrieron un gimnasio de escalada en la ciudad y mis padres me llevaron allí. Supusieron que me gustaría porque siempre había escalado árboles y edificios y cosas así, así que he escalado toda mi vida, no he hecho nada más que escalar desde entonces. Incluso cuando empezamos a filmar el documental, el equipo son buenos amigos míos y he escalado con ellos durante años, así que no me sentí tan abrumado cuando empezó el proceso. Probablemente fue lo mejor que mi novia, que también aparece en la película, y yo nos metiéramos en esto como una especie de víctimas involuntarias.
¿Las imágenes te hacen recordar la experiencia de manera diferente?
¡En realidad no! La película es casi como hojear un álbum de recortes porque cuando la veo veo todos esos recuerdos maravillosos de los últimos dos años, el tiempo que pasé con mis amigos, preparándome… No creo que haya aprendido nada nuevo de ella en sí porque ya la viví. Ya pensé en ella y ahora se acabó. Ya digerí esa parte de mi vida.
