Sr. Perry, ¿cómo es posible que todavía tenga energía para las presentaciones en vivo a sus 83 años?
¡Me siento como una máquina! Hay un ordenador en mi cabeza, en mis piernas… Mi cerebro se ha convertido en una máquina, como una grabadora de ocho pistas japonesa. (risas) Entonces, cuando subo al escenario, siento energía y poder. Incluso podría volar. El directo me está dando vida, me reencarna y me dice qué hacer. Y me concentro mucho cuando actúo porque quiero sanar a la gente.
¿Sanarlos de qué manera?
Me encanta hacer feliz a la gente. Todo se trata de eso. La música habla, es la armadura de la justicia… Mi música es curativa, mi música tiene sentimiento, mi música tiene poder.
¿Eso te convierte también en un sanador?
Sí, por supuesto que soy sanador. ¡Soy lo que soy!
Es famoso que usted quemó su estudio, Black Ark, a fines de la década de 1970; eso fue una gran pérdida para la comunidad musical de Jamaica, pero aparentemente lo vio como una especie de curación.
¡Es lo más grande que he hecho en mi vida! ¿De qué otra manera podría escapar si no hiciera eso?
¿Escapar de qué?
De los demonios. Estaría bajo el hechizo de los demonios para siempre, me habrían matado si no hubiera hecho eso. Así que esa fue la manera de Dios, simplemente quemarlo y dejar que los matara. Fue mi salvador. Si nunca hubiera quemado el estudio, habría muerto porque el diablo tenía celos de mí, y los celos son peligrosos. El diablo pregunta de dónde saco tanto poder y le digo, del agua de la lluvia, del trueno, del relámpago, de las estrellas del cielo.
Creciste en el campo de Jamaica. ¿De ahí surgió tu amor por la naturaleza?
Sí, la naturaleza siempre fue importante para mí. Y ahora el sol, la brisa, las flores y las rosas viven en mi música. Nací en la jungla de Kendal, Jamaica. Cuando era joven, mi padre no me cuidaba. Se casó con una mujer de Kingston y no tenía tiempo para mí, así que me fui a vivir con mi madre a una plantación llamada Saxham. Cuando crecí, conducía un tractor en el campo. Cualquier cosa que Dios diga que hagamos, si me dice que conduzca un tractor, lo hago en el nombre de Cristo. Seguí a los espíritus.
¿Tu familia apoyó tu amor por la música?
A mi familia no les importaba. No tienen mucha ocupación por la música, son todos trabajadores. Se alegran de que haya elegido algo aunque sea diferente a ellos. Se alegran de que haya elegido algo que ellos no pudieron elegir. Saben que fui elegido por Dios, entonces, ¿qué puedes hacer al respecto? Tienes que hacer lo que Dios quiere que hagan. Y Dios quiere que esté en la música.
¿Entonces sentiste que la música era tu verdadera vocación?
Sí, la música era mi verdadero camino y mi verdadero camino, mi verdadero futuro. La música me invadió y me alegré: veía las santas palabras que subían del cielo azul hacia mí… Entonces tuve que empezar a escribirlas y cuando ya tenía demasiadas, mi libro se desbordaba. Un día, Bob Marley vino a verme y me preguntó qué hacer. Trabajamos juntos y la canción que salió fue “Duppy Conqueror”. ¿Sabes cuál? (canta) “Sí amigo, estamos de nuevo en la calle”. Le di a Bob Marley la canción para que la cantara y fue un éxito.
¿Sabías en ese momento que sería todo un éxito?
Por la forma en que hablaba la canción, sabía que no podía faltar. Es espiritual para mí, habla de conquistar demonios, cosas así… Los amigos de Bob, incluso su mejor amigo, escucharon esta canción y él estaba celoso, “¿Cómo es que consigue cantar una canción como esa?” Pero sólo Bob Marley podía cantarla porque cantaba la verdad. La verdad, los hechos de la vida y mucha gente no puede aceptarlos porque son demasiados bordes afilados. Pocas personas pueden aceptar la verdad.
¿Qué tipo de verdades has aprendido de la música?
Los hechos de la vida: amar a Dios y vivir. Odia a Dios y muere. Fui bautizado en la iglesia de Dios, y Dios es veraz. Sin Dios, no tendría poder. No tengo poder musical sin el poder de Dios.
¿Qué más te da poder musical? En un momento dado, solías fumar marihuana y soplar el humo sobre todas tus cintas para darles el aliento de vida…
¡Eso es correcto! La realidad, sí. ¿Y sabes por qué? Dios hizo al hombre y sopló en él su aliento y el hombre se convirtió en un alma viviente. Entonces practicaría y eso haría que las palabras fueran verdaderas. La hierba es la maestra, entonces la hierba me dice qué hacer y tengo que hacer exactamente eso. Es como un pastor y tengo que seguir al pastor.
¿De dónde viene el aliento de vida en estos días?
¡Mi ejercicio! Solía hacer ejercicio todos los días, a las cinco de la mañana iba al mar a nadar. Siempre tomo mis vacaciones junto al mar porque Jesús caminó sobre el mar y yo hago lo que Jesús hace. ¡Entonces el mar me llenó de tanta energía y me convirtió en Superman! Nunca me di cuenta de quién era… Ahora sé que mi verdadero origen es un pez, y sigo siendo un pez. Piscis: si conoces el símbolo, son dos peces, uno va hacia el este y el otro hacia el oeste. Tengo la verdad en mi cabeza: todo está conectado.
