Texto: Julio De Bonis / Fotos: Guille Llamos
27 de octubre de 2010. Pablo Marchetti está en Cartagena, Colombia, invitado por la fundación Nuevo Periodismo. Tiene pasaje de regreso al país ese día, aunque está intentando cambiarlo para quedarse unos días más en modo turismo. De repente, en la era A.W. (antes del WhatsApp) empiezan a llegarle mensajes de texto masivos del estilo Néstor Eterno. Prende la tele y sintoniza la CNN: en la pantalla ve una infografía que cuenta sobre la muerte del ex presidente, Néstor Kirchner, mientras reportean a Eduardo Amadeo, en quien Marchetti advierte un necrológico disfrute. La noticia cambia los planes de vuelo o, para ser precisos, mantiene el original. La mañana siguiente, ya en Buenos Aires, recibe el llamado de Claudia Acuña, solicitándole que vaya a Plaza de Mayo a contar el multitudinario funeral en Casa de Gobierno para revista La Vaca, pedido que quedará plasmado en la crónica Nosotros.
Los días siguientes, su cerebro maquina cómo plasmar la magnitud del acontecimiento histórico en la tapa de Barcelona, revista satírica fundada y dirigida entonces por él. La primera decisión que toma es adelantar el número, sacarlo un día antes, el lunes. Se internaron los realizadores y tiraron ideas sin parar, como de costumbre, hasta que ¡Eureka! El domingo a la noche cenaron en lo del periodista Eduardo Aliverti, que les mete presión: “Estamos todos esperando la tapa, pero no quiero estar en el lugar de ustedes”. Al otro día, los kioscos de revistas mostraron un fotomontaje de la tradicional imagen de Jim Morrison con su torso desnudo y los brazos en cruz, fusionados con la cara del reciente difunto y la leyenda “Néstor Not Dead, muere un crispador, nace un rockstar”. ¿El resultado? Ejemplares agotados y a imprimir una nueva tirada.
-Lograron con esa tapa algo que suele hacer Barcelona, que es hacerte cagar de la risa jugando al límite, pero sin ofender. -Totalmente, esa tapa buscaba encontrar la síntesis de un personaje central en la historia argentina. Fue el mayor acontecimiento que tuvimos en la historia de Barcelona, por la dificultad, y estuvo bueno que hubiera por igual homenaje y poner en ridículo, no tanto al personaje sino a la construcción de ese personaje. Y después hubo una sintonía del kirchnerismo de tomar un poco esa épica rockera de Néstor.
-¿Para lograr esa dosis es necesario, como dijiste alguna vez, odiar algo y quererlo mucho a la vez? -Sí, totalmente, la sátira pasa por ahí.
-¿Sos consciente de que en Barcelona lograban un humor apto para todo público? -Si veo cuáles son mis referencias es lógico, a mí me fascina la poesía concreta, pero me alucina Héctor Ricardo García en su estilo, me conmueve cómo puede hacerlo Haroldo del Campo; poetas concretos, poesía visual, artistas supuestamente radicalizados con otros populares, a mí me alucina todo. Después, si soy consciente de eso… No, que vos percibas eso me encanta, le encuentro un sentido a lo que hago.
Pablo Marchetti ya no dirige la revista que fundó y su vida dio varios giros desde entonces. En lo personal, formó una nueva familia con la política Vicky Donda, con quien vive en San Telmo, en la casa donde se produce esta charla, que sin acuerdo previo de los protagonistas se verá enmarcada en un código de absurdo, una suerte de fumata blanca a la sátira.
Y el cronista tiene la impresión de que su entrevistado tiende siempre a marcar el tempo de las conversaciones, con o sin complicidad de eventuales interlocutores, como cuando al ser invitado al programa de Fabián Doman junto a Cecilia Pando, que le hizo juicio a Barcelona por una tapa que él ideó, en lugar de confrontar con argumentos fingió una declaración de amor, y ella no pudo evitar sonreír.
-Hay algo del humor que desconcierta, a tal punto de que un facho se puede reír de Micky Vainilla. -Sí, igual mi prioridad no es el humor sino poner en ridículo, esa es más mi prioridad, poner y ponernos. Seguramente, Cecilia Pando se rió porque no estaba en sus planes que aparezca un ridículo así, yo sé que soy un ridículo, y se debe haber cagado de la risa de eso.
-Te voy a refutar: rompés moldes tradicionales, pero te percibo mucho más coherente que un montón de personajes de la televisión, quizás eso hable mal de mí. -¡Pero muy bien de la televisión! Sí, todo es ridículo un poco, no te podés tomar en serio eso. Yo qué sé, cuando conseguimos el teléfono de Videla y lo pusimos sólo de contratapa. ¿Eso es humor? Jajaja, bueno, sí, te cagás de la risa, dio de baja la línea el tipo porque llamaban para putearlo.
-Igual, suena como que tu objetivo no es ridiculizar tanto a Videla o a Pando sino al sistema. -Claro, a lo que se construye en torno a eso, y a las solemnidades.
-Cambiar el lenguaje comunicacional, te invitan a un programa, ponele Mirtha, y no te veo respondiendo en formato pregunta-respuesta con seriedad ceremonial. -Sí, totalmente, y en otros lugares más progres también hay cuestiones ridículas, hay como un progresismo un poco extraño y del que alguna manera me siento parte. La solemnidad ahora también es gritarse y pensar que todo se puede discutir, entonces decís, bueno, ¿es todo ecuánime? ¡Abuso sexual de niños! ¡¿A favor o en contra?! No, pará, no podés discutir todo así, menos una ley….
-Malos enfoques… bueno, Barcelona nació con un eslogan que es una sátira de Clarín, y esa ridiculización de un medio es precursora en esto de medios hablando de medios. -Sí, igual no pensamos en romper las estructuras, sino que leyendo Clarín decíamos: ¡¿Viste lo que salió hoy?! Y pensamos que si nos cagamos de risa nosotros, por ahí alguien más se cagaba de la risa: 500 ejemplares para nosotros era un triunfo enorme y después funcionó mucho mejor.
-Y a gran escala, porque también empezaron a analizar a Clarín otros programas como TVR o 678, y después daba toda la vuelta con Clarín analizando cómo los analizaban a ellos. -Sí, y eso es lo que me generó correrme de ahí, cuando el debate se vuelve hasta ese punto grande y banal, tonto, ya es su propia sátira y hay que correrse de ahí.
-¿Entre 678 y TN le sacaron el laburo a Barcelona? -Y, puede ser, sí… ¡apareció la grieta!
“La solemnidad ahora también es gritarse y pensar que todo se puede discutir, entonces decís, bueno, ¿es todo ecuánime? ¡Abuso sexual de niños! ¡¿A favor o en contra?! No, pará, no podés discutir todo así”
-¿Cómo viviste la transformación que se vivió en los medios en el kirchnerismo, donde se dividió tanto las aguas y se puso la lupa sobre tantos periodistas? -Fue raro. A mí me gusta el debate que se dio en los medios, después devino en cosas horribles como pensar que un periodista es ese medio, Anguita no es Szpolsky, ni Tenembaum y Zloto eran Magnetto. Desde ese momento me parece una boludez lo que se armó al respecto. Ahora, a mí me gusta que tengas que decir desde dónde hablás, que se produzca ese pensamiento. Que digas: ¿esto es la noticia o es una operación de alguien? Por supuesto que se volvió ridículo, pero me parece que el kirchnerismo planteó por primera vez ese debate, que había sido planteado tibiamente en la época de Alfonsín, y eso estuvo buenísimo.
-Aparecieron nuevas categorías como periodismo militante. -Sí, fue la otra cosa que planteó el kirchnerismo y eso, creo que sí mucha gente lo había vivido bien en el alfonsinismo, es la posibilidad de ser oficialista. Muchos que actúan en un marco más parecido a dónde estoy parado yo se plantearon ser oficialistas. Yo no creo ni un poco, pero en el terreno de las posibilidades y de los gobiernos que hubo en la Argentina, el kirchnerismo planteó algunas cosas que estuvieron muy bien, aunque es dificilísimo pararse en ese lugar políticamente.
-Y qué difícil apoyar un partido hoy, donde vos sabés que si das una declaración más a favor o en contra de algo ya te quieren encasillar y luego bastardearte. Vos te jugaste en la última elección y hasta hiciste un spot para Lozano. ¿Para jugar así la clave es no tomar muy en serio las redes ni esos microclimas? -Sí, hay gente que lo toma muy en serio, no entiendo.
-A muchos les aterra porque se vuelve personal y cruzan barreras de la intimidad. -¡Ay, ay, ay, mi vida privada, ahora tengo que hablar de mi vida privada! ¡Es muy arduo estar en mi lugar! Terrible, terrible, te estigmatizan, te ponen en lugares políticos, sexuales, en lugares de todo tipo.
-Encima se enteran de que me metieron los cuernos y me hacen bullying en Instagram. ¿A vos te parece este mundo cruel? -Debería entrar… ¿cómo es la entrada a ese mundo? ¿Hasta dónde te dejan pasar? Responsabilidades, ¿hablábamos de responsabilidades?
-Puede ser, de Lozano antes. De cuán convencido tenés que estar para dar una postura pública, con esta facilidad de atacar que hay. -A Lozano lo quiero, lo admiro, lo voté otras veces, me parece un tipazo, y me propuso hacer un hecho artístico y comunicacional del que estoy orgulloso, que es un tango… Me llama Facundo, su hijo, que es un limado como uno, y me dijo si quería escribirle un tango a Claudio. Le puse dos condiciones: la primera era que cantara Claudio, porque sabía que cantaba muy bien, y la segunda que no fuera un jingle de campaña. O sea, se iba a decir que era un tango a Buenos Aires, le encantó y además vino con la canción recontra aprendida, hasta en fraseos, y canta muy bien y se nota que tiene mucha pasión. Tenía miedo de que fuera un tipo que como estaba en la política le chupara un huevo cantar y no, creo que le importó más cantar que otra cosa. Una cagada que no se haya hablado más del apoyo a Lozano, porque hubiera hablado de que estaba metido en los medios.
Marchetti resalta lo musical no sólo en este caso particular, en el presente su vida profesional está en esa sintonía. De hecho, el tema para Lozano fue compuesto en conjunto con Rafa Varela, con quien grabó el disco Tangócratas en dúo, y con Emiliano Herrero en el bandoneón. Y su sentido de pertenencia a la movida del tango del siglo XXI también puede apreciarse en sus columnas de la 2×4 en el programa Ayer Hoy Era Mañana, donde analiza la lírica de las canciones del género rioplatense por excelencia.
-Uno de los temas constantes en el tango es la frustración en el amor, hasta por darse cuenta tarde de que el protagonista está enamorado, como en Grisel. -En la vida ese tango termina bien, él se termina casando con Grisel. Esto que aplica al tango aplica al bolero, a la mayoría de las músicas populares, el desengaño amoroso es uno de los grandes temas.
-También en los escritores. ¿Somos tan jodidos los humanos que siempre nos gusta la historia que no fue? -Sí, siempre hay algo con lo que no fue. El jugador que llega a Primera, que se destaca, siempre tiene un hermano que jugaba mejor, pero que tuvo una lesión, se rompió ligamentos… andá a comprobarlo… Bueno, son trampas.
-Volviendo a los medios, ¿qué te dice de nuestra realidad que los dos programas políticos de debate más vistos sean Mirtha e Intratables? -¡¿Qué nos dice la realidad?! ¡Otro análisis de la realidad y de toda la información! ¿Qué se yo? Jajaja, no sé, yo creo que dejé de mirar tele. Porque Champions y fútbol es otra cosa.
-¿No te llega lo que pasa? -Sí, claro, vi lo que pasó con Miss Bolivia, que es un ejemplo de ruptura y amabilidad para llegar simple sin retroceder ni un poco en tu posición radical. Poder contar en el programa de Mirtha Legrand su sexualidad y que Mirtha en vez de escandalizarse le diga que bien, que ella antes era muy cerrada, pero que ahora entendía. Poder hacer ese planteo sin ir al choque con Mirtha habla de una mentalidad superior; una genia.
-Cuando vos te fuiste de Revista Barcelona dijiste que se había vuelto predecible. Ahora, todas las fórmulas son predecibles. ¿Se puede renovar suficientemente el humor cómo para seguir sorprendiendo o hay que dejarlo y dedicarse a otra cosa por un rato? -Sí, tiene que ver con eso, a mí hay dos cosas que me interesan que son el arte y la comunicación, en partes iguales. Todo lo que hago gira en torno a la palabra, entonces es buscar siempre nuevas formas. Tengo la paradoja de que en este momento estoy muy dedicado a lo musical, tanto o más que a lo comunicacional, o a lo comunicacional muy en función de eso también, porque los programas que hago -ni que hablar de la columna en la 2×4- son de dar cuentas de la escena del tango contemporáneo y, paradójicamente, lo que más me lleva en tiempo es lo que menos difusión tiene.
-Bueno, en la arena mediática todo lo que sirve implica muy poco tiempo, no hay mucho lugar para el pensamiento muy elaborado. -Eso es lo que me expulsó un poco de estar atento a los medios, de ver algún programa y pasar rápido del fútbol.
-Preguntas de grieta: ¿quién te da más material para el humor, Guillermo Moreno o Esteban Bullrich? -Difícil, a priori, sin contexto, Bullrich, pero después el contexto es todo.
-¿Te pasó de lamentar no estar en Barcelona ante alguna frase o algún contexto ideales para el humor? -A mí me parece más gracioso cómo de esas pequeñas cosas se construye algo que puede ser gritos en Intratables o puede ser “el polémico Moreno” en Clarín, que después pareciera que el tipo se llamara polémico.
“A mí me gusta el debate que se dio en los medios, después devino en cosas horribles como pensar que un periodista es ese medio, Anguita no es Szpolsky, ni Tenembaum y Zloto eran Magnetto”
En este punto de la conversación surge la consulta de su apreciación sobre esa suerte de ring televisivo que protagonizaron Alejandro Fantino y Guillermo Moreno en Animales Sueltos, cuando se torearon hasta quedar, desde sus asientos, enrojecidos y enfrentados a centímetros. Ante el desconocimiento del hecho, el cronista optó por poner en el celular el episodio.
-Tiene una puesta en escena fenomenal y me parecen dos muy buenos actores. Intérpretes que saben a qué están jugando, hay un gran nivel de improvisación. Es casi jazzero el asunto, como una jam session, no puedo verlo en otros términos que no sean de representación.
-Y en esos mismos términos, ¿quiénes sobresalen en la arena política actual? -Como puesta en escena el timbreo me parece una obra de arte, es en lo que se transformó la política. ¡Eso es participación! Antes el timbreo eran los testigos de Jehová a las nueve de la mañana. Y Vidal me parece magistral, eso que vimos de los ojitos del gato con botas de Shrek… no pensé que eso se pudiera lograr en la política. Pobre, buena, y aparte ella sola peleando contra las mafias. Y supongo que Jaime Durán Barba será el gran gestor de todo esto. Los timbreos como puesta y Vidal como actriz. ¡Esos ojos! ¡Pobre mujer!
-En periodistas de grieta, ¿cuál es tu análisis del éxito de Lanata y del pésimo desempeño de Navarro? -Es cuestión de ver un poco la historia de los dos para darnos cuenta. No es cierto que Lanata fundó solo Página/12, hubo un montón de gente que participó; ahora, Lanata fue el director de Página/12 y fue él quien arrancó con esa idea. Eso me hace pensar que independientemente de que pueda discrepar y no interesarme en nada de lo que pasa en el mundo Lanata -me entero pero no quiero saber, ni verlo, ni escucharlo-, pero reconozco que es un periodista y si lo pienso en términos de lo que es justo, prefiero que a un tipo que fundó un diario le vaya bien. Creo que la diferencia es la historia y Lanata es más pícaro. Antes hablábamos de representación política, yo creo que políticamente lo que no tiene el PRO… o sea yo te dije Vidal, pero me interesa porque es una grandísima actriz y cómo inventa su personaje, pero no me interesa por picante. Por el todo me interesa más Aníbal Fernández, no hay picantes en Cambiemos.
-Patricia Bullrich es picante, hay que animarse a defender lo que defiende. -Hay que animarse a defender y te podés sentir bardeado u ofendido por su contenido, pero no tiene el tono canchero de Aníbal Fernández, que se le plantaba a Magdalena y transformó en un clásico hablar con Magdalena Ruiz Guiñazú, a eso me refiero. Después, obvio, veo las respuestas de Patricia Bullrich con el caso Santiago Maldonado y siento que me está escupiendo en la cara, pero Aníbal era tremendo.
-Y Moreno. -Claro, Moreno, esos dos tipos eran increíbles.
-Te cierro con una pregunta que te deben hacer todo el tiempo, si quisieras podrías no contestarla si te pareciera muy obvia. ¿Te parecería positivo para la Argentina que Macri y Cristina se amaran y tuvieran un coito interruptus? -Como ya he dicho millones de veces cada vez que me preguntaron esto, considero que sí, que sería una gran cosa para el país. La difusión, porque que suceda y no se enterara nadie no aportaría nada, pero que nos enteremos todos… y si hubiera imágenes ni hablar, sería una forma de solucionar absolutamente todo.