Hay palabras que tienen que sonar muchas veces, durante mucho tiempo, para que uno se permita intentar comprenderlas. Los preconceptos, el miedo o la inseguridad suelen actuar como barreras para la ampliación del conocimiento, pero nunca es demasiado tarde para empezar a deconstruirse e iniciar un camino que puede resultar enriquecedor.
Hoy hablemos del tantra, un término con más de 5000 años de historia que se vincula en primera instancia con la sexualidad, pero que abarca a muchos planos de la vida.
“El tantra es un conjunto de herramientas que, de alguna manera, abordan la investigación sobre la energía sexual en pos de darle la oportunidad a cada ser humano de vincularse más profundamente con su esencia orgánica”, explica Maximiliano García, y agrega: “Esto se traduce en que vos seas más libre en tu cotidianidad de poder hacer lo que tenés ganas de hacer, y atravesar tus deseos con las acciones, algo que en general no sucede. El tantra trabaja desde la energía sexual para el cotidiano, para tu creatividad, para tu vida, y también para tu intimidad”.
Maximiliano se encontró con su primer libro de tantra a los 18 años, cuando tenía la sexualidad falente de casi cualquier adolescente. Las páginas hablaban de una visión desconocida, difícil de entender, casi de otro universo o de otra era, pero instalaron en su cerebro una semilla que quedó latente. Más tarde, a los 24, inició su camino en el yoga, desde donde se fue conectando con otras líneas de información. “Fui flexibilizando mi cuerpo, con abordajes sobre la forma de respirar. Nunca fui de buscar formas de aprendizaje verbales, siempre busqué esas vías más alternativas que me conectan más rápidamente con los procesos”, dice.
Después del yoga y las terapias de respiración empezó a investigar diferentes tipos de masajes, como el californiano, y durante 15 años, entre cursos y libros transitó lo que él describe como un “laberinto de exploración”. Hasta que decidió salir al mundo a buscar sus maestros y escuelas de tantra yoga. Hoy, se define como un “facilitador de herramientas de tantra”.
-¿Cuál es el primer paso para empezar a transitar el camino del tantra?
-Tenemos un montón de puertas de entrada al tantra, no hay una exclusiva. Si tuviéramos que hacer un proceso ordenado, tendríamos una sesión de lo que se llama coaching tántrico, una entrevista inicial con la persona o con la pareja que viene para escuchar en qué momento están, cuál es su historia de vida, a dónde se imaginan que quieren llegar… A veces uno imagina que puede llegar a lugares que en realidad el tantra no te abre.
-La imagen que varias generaciones tienen del tantra es la de Sting teniendo sexo durante horas y horas.
-En general los grandes imaginarios son que el tantra te convierte en un profeta sexual o te da elementos para proezas sexuales, y en realidad es todo lo contrario. El tantra es otro tipo de educación en cuanto a cómo abordar tu energía sexual y tu sexualidad, cómo conectarte con tu cuerpo de una manera más esencial, investigando tu erotización, descentralizando la genitalidad de la experiencia, profundizando en el amor universal en general y hacia la persona con la cual vas a compartir tu intimidad. No utiliza la sexualidad como un mecanismo de descarga ni de tensión. Pero para llegar a eso primero hay que recorrer un camino de investigación personal individual. Muchas veces vienen parejas buscando aprender más sobre la sexualidad que ya tienen, imaginando que pueden crecer desde ahí, y en realidad no, se trata de bajar al cero de lo que uno conoce. Y básicamente, para lograr eso cada individuo debe hacer un trabajo personal más allá de lo vincular.
-Luego de la primera entrevista, ¿la herramienta más fácil de ingreso es el tantra yoga?
-El tantra yoga es una herramienta específica del tantra en formato de yoga, un esquema muy particular sin dejar de ser una clase de yoga. Es un proceso muy probado, con muchos años, que te pone en contacto muy rápidamente con una descentralización de tu energía sexual genital. A través de posturas de yoga abre un proceso de trabajo interno. Son procesos ordenados de entre 5 y 9 clases progresivas en las cuales tenés que hacer todo el recorrido.
“El tantra es otro tipo de educación en cuanto a cómo abordar tu energía sexual y tu sexualidad, cómo conectarte con tu cuerpo de una manera más esencial”
-En estos tiempos de inmediatez, donde el sexo está a una aplicación de distancia, hablar de procesos suena contracultural.
-Sí, en general choca con todo un sistema cultural y educativo que tenemos. Pero ya hay un montón de gente que está sacando los pies de ese sistema.
Hace unos 12 años, durante un viaje por Sudamérica, Maximiliano dio en Brasil con un facilitador de herramientas de tantra de California. Cuando volvió decidió dar un curso de tantra yoga para ver qué pasaba, y terminó dando cinco cursos para diez personas. ”Desde ahí, no frené más, había algo esperando en el sistema”, dice.
Masajes para el alma, el espacio tántrico que dirigen Maximiliano y su compañera Fernanda Arteaga, ya se convirtió en escuela y año a año aumenta el caudal de gente que pasa por ahí para realizar alguno de los cursos y talleres que ofrecen. “El gran logro nuestro fue poder construir un espacio que trabaje con varias herramientas y con un enfoque bastante unido, hay muchas herramientas por dónde entrar, como el yoga, la danza ecstatic dance, que son eventos de danza y movimiento libre y que es una experiencia tántrica-. Entonces es más fácil que entres”.
Meditaciones eróticas, coaching tántrico, sesiones de masaje tántrico de Cachemira, tantra yoga, biodanza, eutonía, ecstatic dance, formaciones para facilitadores: son muchas las opciones, las puertas de entrada por las que llegan al espacio unas 1.500 personas cada año, la mayoría de ellas, mujeres.
-¿Las mujeres son más sensibles al cambio?
-Sí, están más disponibles, porque el tantra básicamente es una experiencia que acuerda con la energía más femenina. No con las mujeres, con la energía femenina de cada uno. Las mujeres, más allá de toda esta energía de cambio del feminismo, de empezar a enterrar de alguna manera los valores masculinos nocivos de la sociedad, están haciendo la revolución desde distintos lugares y algunas están trabajando desde un lugar cercano al tantra, que es abrir la posibilidad de ser libres con su sexualidad, con su cuerpo, para obtener una autonomía del placer, de su goce, conocer su genitalidad, conectar con la posibilidad de ser mujeres que desean y que tienen la libertad de elegir con quién se vinculan y la forma en que se vinculan.
“El tantra básicamente es una experiencia que acuerda con la energía más femenina. No con las mujeres, con la energía femenina de cada uno”
-¿Qué cosas les sucede a las personas y las parejas que se acercan al tantra? ¿Cuáles son los principales cambios que experimentan?
-Cada camino es un mundo, nosotros no sabemos lo que va a suceder en cada persona porque realmente son herramientas de transformación muy profundas. En general los caminos individuales, si los tomás con seriedad, son al principio bastante frustrantes porque muy rápidamente te das cuenta que durante mucho tiempo de tu vida tenías conceptos que iban por otro lado: que tenés energía que nunca pudiste utilizar, que no tenés conciencia de tu cuerpo, que tuviste una sexualidad muy pobre, que no hay registro de las sensaciones, que hay un montón de emocionalidad a investigar que está retraída y que se transforma en enfermedades, en contracciones físicas. Y sobre todo pone en evidencia, en lo individual, los vínculos con los cuales te rodeás, porque uno generalmente tiene los vínculos que le sostienen su sistema de seguridad, y ahí no hay crecimiento posible. Entonces el tantra transforma todos esos vínculos en una nueva investigación, y ahí veremos qué sucede, y sobre todo cómo abordás los vínculos de intimidad y sexualidad. Hay muchas parejas que en ese proceso se dan cuenta que no estaban sostenidas por el deseo sino por otro sistema, a veces de seguridad económica, a veces de seguridad filial, a veces de nocividades energéticas… Y ahí, si los dos crecen al mismo tiempo la pareja se puede transformar en un vínculo mucho más positivo y en una espiral hacia arriba. Si de los dos hay solo uno que agarra esa espiral hacia arriba, la pareja se desintegra, que es lo mejor que les podría pasar para seguir investigándose y encontrando su punto de equilibrio en la vida. Y con conciencia es probable que den un “salto cuántico” y se conviertan en una pareja con mucha más consciencia y mucha más potencia, mucha más individualidad dentro de la pareja.
-¿Esta consolidación de la pareja a través del tantra es compatible con un proceso de apertura de la pareja, como los que muchas atraviesan en estos días?
-Si, básicamente esa es la mirada del tantra, después cada pareja decide a dónde quiere llegar. El tantra lo que te propone es que no fuerces nada pero que seas consciente que sos un individuo adentro de un vínculo pero que no dependés de este, que si no sos autosuficiente y dependés energéticamente de ese vínculo, todavía falta una exploración. Y una segunda instancia, la más compleja, es entender que como seres dentro de un vínculo, este no nos va a representar en todas nuestras necesidades, y menos en nuestra investigación erógena afectiva. Entonces ahí uno tiene la posibilidad de conformarse con lo que esa pareja le da en la intimidad -más allá de todo lo que puedan ir investigando juntes-, pero inevitablemente la experiencia con otras personas va a retroalimentar la energía sexual de una forma que la otra persona no puede, no porque no le alcance sino porque las estructuras energéticas mueven distintas cosas dentro de lo personal. Entonces ahí cada pareja puede o no meterse a investigar qué es lo que pasa. La pareja tántrica afirma “si yo estoy con vos y te elijo en cada momento, es lo mejor que nos puede pasar, más allá de que tenga vínculos con otra persona en lo afectivo”. ¿No? Si sigo estando con vos y hay una construcción más allá de lo sexual porque tenemos hijes, porque decidimos vivir bajo un techo en común, porque nos acompañamos más allá de la sexualidad, es el mayor punto de encuentro posible. En el medio hay un montón de grises. Y siempre que sea una búsqueda con conciencia, no es hacer cualquiera, el tantra no es todo el tiempo y con cualquier persona, es siempre que alguien te de elementos de su energía para seguir construyendo y que eso se va a trasladar al vínculo principal. No es que salgo del vínculo para tener sexo porque el sexo de mi pareja no me conforma. Si es así, está errada la búsqueda.
-¿En Masajes para el alma trabajan con parejas de todo tipo?
-Sí, en general no cambia el abordaje, con cualesquiera dos personas que decidan tener el vínculo juntes se hace el mismo abordaje, lo único que va a cambiar en la experiencia tántrica es en la parte física, en los ejercicios más específicos para trabajar la genitalidad, porque no es lo mismo tener un pene y una vagina que dos penes o dos vaginas. Pero esos ejercicios no son la mayoría y son los de mayor investigación en el cierre del proceso. Pero desde lo vincular es la misma propuesta.
“El tantra lo que te propone es que no fuerces nada pero que seas consciente que sos un individuo adentro de un vínculo pero que no dependés de este”
-¿Hay algún ejercicio tántrico básico introductorio que pueda ayudar a la gente hoy, en esta situación de aislamiento?
-Invitarte a respirar. El desafío mayor que nos pone esta situación de aislamiento en lo que tiene que ver la esencia del tantra es investigar la posibilidad de estar presentes y entender que cualquier proyección y cualquier cosa que imaginemos no depende de nosotros, que puede ser atravesada por algo como esto que nos dispara hacia otro lugar y nos hace sentar y decir “esto es lo que sucede, cómo hago para entenderlo sin querer trastocar lo que el presente me propone”. Más allá de lo que haya generado esta pandemia, es lo que es. Y en ese grado de presencia, qué le pasa a cada uno con su aceptación o no a ese sistema que le proponen. Estamos en un estado de presencia absoluta y ya no podemos controlar nada. Podemos defendernos queriendo seguir proyectando pero la realidad es que no sabemos si estamos saliendo, si estamos entrando, y nunca hubo una situación de estas características a nivel global. Entonces, la experiencia tántrica te invita a entender que todo lo que está programado en cualquier momento se puede cortar y que eso se puede traducir en la vida o la muerte. Vos podés planificar lo que quieras y de repente desaparecés del sistema planetario energético y todo se acaba. Entonces, ¿cómo hacés para valorar el presente y ocuparte de lo más esencial tuyo y de la vida?
-Concretamente, ¿cómo hacemos?
-Básicamente, lo primero es respirar, tomar conciencia de la respiración. La respiración tiene cuatro fases, no es solo inhalar y exhalar, y esas cuatro fases son las que nos permiten que el organismo funcione mucho más equilibrado. La primera fase es la inhalación; la segunda es la retención del aire, que en general no se hace, alcanza con retener cinco segundos; la tercera fase es exhalar; y retener los pulmones vacíos sin aire es la cuarta fase. Ese es el ejercicio más básico pero es muy revelador porque el 90 por ciento de la población no lo hace.
-¿Qué efecto fisiológico tiene la retención del aire?
-La práctica te va a dar una conciencia de que solo inhalás un tercio de tu capacidad de oxígeno posible, desperdiciás dos tercios de tu capacidad. Al retener ese aire vos empezás a tomar conciencia, pero además llega al corazón la sangre oxigenada.
“La experiencia tántrica te invita a entender que todo lo que está programado en cualquier momento se puede cortar y que eso se puede traducir en la vida o la muerte”
-Es difícil pensar en esto en un contexto en el que estamos obligados a andar con un barbijo que no te deja respirar y que hay un virus que afecta directamente a los pulmones.
-Sí. Y con el barbijo, básicamente, reinhalás todo tu dióxido de carbono que sacás afuera.
-Para terminar, volvamos por un momento al encuentro sexual, porque imagino que el lector que llegó hasta acá va a querer saber cómo es un orgasmo tántrico.
-El proceso es bastante largo, es difícil de explicar para que se pueda entender a nivel mental porque en realidad es una experiencia física, es difícil traducirla en palabras para alguien que no tiene experiencia en tantra. Pero básicamente, el orgasmo tántrico tiene que ver con desgenitalizar la energía sexual y empezar a investigar en los estados preorgásmicos, antes del orgasmo en la mujer y de la eyaculación en el hombre. Eso nos va a dar un caudal de energía en el que el cuerpo empieza a funcionar como un transformador acumulador de esa energía. El cuerpo va haciendo un proceso interno en el que en vez de desencadenar el orgasmo lo va convirtiendo en impulsos electromagnéticos que viajan por la columna y por todos los canales de energía y empiezan a generar como un estado preorgásmico más permanente y más extenso. Tiene una intensidad menor que el destello orgásmico, pero a medida que se va entrenando va haciendo que eso se acerque cada vez más a la potencia del orgasmo pico que conocemos. Entonces a partir de ahí, es ese entrenamiento, uno va acercándose cada vez más a sensaciones orgásmicas sostenidas en el tiempo, evitando que se desencadene ese pico. Esa es la explicación más básica, el resto es intentar explorarlo en el cuerpo para entenderlo desde lo físico.